¿Son las tarifas error del turismo siempre un error? ¿Es posible que los operadores de vuelos y hoteles se hayan dado cuenta de su tirón popular y nos hagan creer que es una tarifa error lo que realmente es sólo una oferta de saldo, o incluso una campaña publicitaria turística de muy bajo coste?
En Read & Trip hemos monitorizado y estudiado las características de decenas de tarifas error publicadas tanto en esta web como en otras del sector para confirmar nuestra teoría de que, en ocasiones, se trata de estrategias promocionales de gran éxito. Son lo que hemos bautizado como las tarifas acierto.
Esto no significa que las webs de viajes no se equivoquen nunca y lancen a veces, por fallos humanos o técnicos, algunos vuelos u hoteles a precios irrisorios.
Sin embargo, con la tecnología actual y los filtros de calidad, ocurre eso: es sólo a veces, y no tan frecuentemente como nos quieren vender en algunas páginas de Internet.
El factor diferencial entre una verdadera tarifa error y otra que lo parece y no lo es (tarifa acierto), no es otro que su vigencia.
Cuando un operador emite por error un vuelo o una oferta de alojamiento a un precio que resulta una ganga, normalmente recibe un aluvión de compras en muy poco tiempo.
Si el precio es tan bajo que ni aun así genera beneficios, lo normal es que avise a los compradores de que se trata de un error y cancele la oferta. Adiós a la tarifa error.
En cambio, puede que esa masa de gente que ha comprado el vuelo o ha reservado la estancia en el hotel le genere en su conjunto un volumen tal de ingresos que probablemente gane tanto o más que con las ventas habituales al precio «normal».
En ese momento es cuando el operador se da cuenta del poder de una tarifa error, y puede usarlo en beneficio propio, generando a propósito una tarifa acierto.
Por ejemplo: Si queda poco tiempo para que salga un vuelo a Nueva York y la aerolínea no ha logrado vender todas las plazas, ¿qué podría hacer para completar el pasaje aunque sea ganando menos margen? Lanzar una falsa tarifa error o tarifa acierto por 150 euros el trayecto. O más barato, incluso, si el vuelo incluye escalas que hacen el viaje más largo.
Al hacerlo, seguro que vende esos billetes. Pero es que, además, muchas webs difundirán de forma gratuita el chollo y durante unas horas cientos o miles de usuarios estarán hablando de esa oferta. Estarán hablando de la marca, al fin y al cabo. Y esa publicidad «boca a boca» no tiene precio.
Lo mismo ocurre con ese par de habitaciones de hotel que quedan vacantes para una fecha determinada. ¿Cómo darles salida? Fácil: basta con lanzar una oferta irresistible que «obligue» a los viajeros a cazarla, aun cuando ni tuvieran pensado viajar en esa fecha o visitar ese lugar.
Ahí está, precisamente, el filón de las tarifas error que muchos destinos están sabiendo aprovechar con las tarifas acierto.
Hay localidades de distintos países que desean explotar su faceta turística pero no están incluidas en las rutas habituales. Para estas ciudades o pueblos, llegar a un gran público a través de campañas de publicidad les supondría un coste tan elevado que les resulta prohibitivo.
Sin embargo, publicar y difundir una oferta de un hotel de cuatro estrellas en temporada alta por 0,5 euros la noche sale muy barato. A lo sumo, pagarle a ese hotel la diferencia sobre el precio real.
Es así como mucha gente conoce, por ejemplo, lugares como Duisburgo, y decide que hospedarse allí y convertir esta localidad en el punto de partida o en la base para un viaje por Alemania le compensa más que alojarse en Berlín o en Munich.
Por medio euro (o los 100 que pudiera pagar al hotel de su localidad por la tarifa «error»), Duisburgo se sitúa en el mapa del turismo.
En conclusión, las tarifas error ya no son lo que eran al principio, pero siguen existiendo y resultando igual de atractivas para el viajero. Sólo que ahora también lo son para el que comete el «error».
Disfrutemos de las tarifas acierto, un «win win» donde todos salimos ganando.